En los 80’, algunos hoteles en Estados Unidos promovían el uso compartido de las toallas con la excusa de cuidar el ambiente cuando, en realidad, lo hacían como un modo de usar menos el lavarropas. Ese se considera el primer caso de greenwashing en el mundo, un fenómeno actual que puede hacer mella en los esfuerzos sostenibles de las organizaciones. El vicio surge de una virtud: se logró pleno consenso en el valor de la sustentabilidad y ahora algunos dicen ser más “verdes” de lo que realmente son.